"...A pesar de ser una diosa virgen, se enamoro del joven Endimión, pastor hijo de Zeus y la ninfa Cálice. Un día que paseaba lo vio dormido y se paró a contemplarlo. Quedando prendada de su belleza; se recostó a su lado, le besó los ojos cerrados y el joven se despertó. Endimión creyendo que era un sueño intentó volver a soñar con ella, pero no volvió a verla hasta la noche siguiente. Esto mismo se repitió durante varios días hasta que la diosa pidió a su padre Zeus que sumiera a Endimión en un sueño eterno por temor a romper su promesa de castidad, porque estaba muy enamorada. Zeus lo durmió, permaneciendo así eternamente joven, y así pudo Artemisa yacer junto a él todas las noches sin perder su virginidad..."
